- Porque el cristiano está sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención – Efesios 1:13-14.
- Porque nadie lo puede arrebatar de la mano de Cristo – Juan 10:28.
- Porque nadie lo puede arrebatar de la mano del Padre – Juan 10:29.
- Porque la vida obtenida en el nuevo nacimiento es de Dios, y por tanto, ya no puede morir – Juan 3:3,5; Romanos 6:9-11.
- La salvación se obtiene por fe, no por obras, y se conserva de la misma manera, por la fe – Efesios 2:8-9; Colosenses 2:6.
- La salvación es un regalo de Dios, y nadie que da un regalo lo vuelve a quitar; y por supuesto, Dios menos – Romanos 6:23.
- Cristo nunca rechazará a los que ha recibido – Juan 6:37.
- Porque se invalidaría el bautismo, ya que el bautismo es para creyentes – Mateo 28:19.
- Si el cristiano pudiera perder su salvación, entonces debería poder ser salvo otra vez; lo cual es imposible, porque sería como volver a crucificar a Cristo – Hebreos 6:6.
- Cristo murió por todos los pecados, no solamente por aquellos cometidos hasta antes de ser salvo – Colosenses 2:13-14.
- Nada nos puede separar del amor de Dios – Romanos 8:35-39.
- Cuando se acepta a Cristo, la Trinidad viene a hacer morada en el creyente para siempre; no entran y salen del creyente por su comportamiento – Juan 14:17-18,23.
- El creyente verdadero tiene (no tendrá) vida eterna; no vida nada más mientras sea “fiel” – Juan 5:24.
- Ya que todos los pecados son iguales para Dios, y no existen los pecados “grandes” y “pequeños”; si se perdiera la salvación por el pecado, ésta se perdería a cada momento por causa de cada mentira, o mal pensamiento, etc. – Romanos 3:23 “La paga del pecado [todo pecado] es muerte. . .”
- Si la salvación se pierde por “volver al pecado”, se crea incertidumbre porque ¿en qué momento se consideraría que una persona ha perdido su salvación? ¿con cuántos pecados? y si “regresa”, ¿tiene que volver a “aceptar” a Cristo, o basta con simplemente pedir perdón?
- La salvación no se pierde porque Cristo prometió un lugar junto a Él en el cielo, y cada lugar está preparado para un cristiano específico, y no solamente para “cualquiera” que se mantenga “fiel”. – Juan 14:3.
- Los nombres de los salvos están escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, y Dios no los está quitando y poniendo según su comportamiento – Apocalipsis 3:5, 17:8.
- La sangre de Cristo limpia de TODO pecado (los pecados de toda la vida) – 1 Juan 1:9.
- Cuando Cristo murió, murió por todos los pecados, aun aquellos que el cristiano cometería en su vida de cristiano – 1 Pedro 2:24.
- El cristiano se convierte en hijo de Dios al aceptar a Cristo; un hijo de Dios no puede perderse – Juan 1:12.
- El pecado interrumpe la comunión con el Padre, pero no la relación; así como la desobediencia de un hijo aquí en la tierra no termina su relación con su padre – Salmo 51:12 (note que David pidió de nuevo el gozo de su salvación, no su salvación).
- El castigo de Dios a sus hijos por el pecado, no es quitándoles la salvación, sino disciplina paternal – Hebreos 12:5-7.
- Al aceptar a Cristo somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Cristo es nuestro hermano mayor. Ni tal participación en la herencia, ni la relación con el Hermano mayor se interrumpen jamás; por ningún motivo – Romanos 8:17.
- Porque invalidaría la obra intercesora de Cristo. Si el cristiano se puede perder, entonces Cristo no es un buen abogado – 1 Juan 2:1.
- Porque habría que aceptar que hay dos maneras de ser salvos: una, por fe en la sangre de Cristo (hasta el momento de ser salvo), y otra por las buenas obras (a partir de ser salvo) – Efesios 2:8-9.
- Porque entonces Dios no sería omnipotente, pues no sería poderoso para guardarnos sin caída – 2 Timoteo 1:12; Judas 24.
Escrito por Luis Roberto Romano.
Fuente: Instituto Interglobal
Me fascinó el estudio. Gracias por compartir
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